Pensar en común, el gran reto de las nuevas compañías

Celia de Anca es la primera mujer española en entrar en la reconocida lista Thinkers50, ránking anual que recoge los pensadores más influyentes en 'management' de todo el mundo. Su trabajo como responsable del Centro para la Diversidad en IE Business School, centrado en la mujer y la cultura y su implicación en el mundo económico y financiero, ha llevado a esta profesora a compartir cartel con personas como Clayton Cristensen, Michael Porter o Rita McGrath.

De Anca trata la diversidad no sólo como género o procedencia, sino que hoy la diversidad viene marcada por las diferentes comunidades: "La nueva forma de vivir es la comunidad y ahí las finanzas son importantes, porque de las ciencias que hay, la futura es la ciencia de la economía, la que crea nuevos modelos. La economía desarrolla un mundo a futuro, por lo que sin finanzas y economía no hay futuro", apunta la profesora.

Se está dando paso a otro tipo de globalización en el que la igualdad entre individuos dentro de una misma comunidad juega un papel más importante. "Nuevas empresas como Facebook o los crowdfunds son un buen ejemplo de comunidades de iguales". En este sentido, las comunidades sólo serán un éxito "siempre que el individuo aporte algo a la comunidad, porque si la comunidad es la que decide qué hace cada uno, será un paso atrás".

En todo caso, "se ha creado un nuevo mundo" en el que, desde un punto de vista de gestión, según De Anca, el futuro pasa por "entender el universo de las distintas comunidades, porque la comunidad occidental del individuo se ha acabado". De esta forma, se podrá entender cómo invierten los árabes, que sólo lo hacen de acuerdo a sus valores, o por qué no terminamos de entendernos con Marruecos ("del que se habla de su potencial desde hace cuarenta años"), y analizar cómo funciona la comunidad hindú o la china, para poder integrarlo en nuestros negocios.

¿Cómo se refleja la diversidad de las comunidades en el mundo empresarial? "En clientes sí se ve esa diversidad -por ejemplo, cuando Nike se dirige a la comunidad de corredores-, pero dentro de la organización se mantiene la diversidad tradicional, cuando hay que tender hacia una comunidad de iguales. Poco a poco se avanza. Cada vez hay más redes dentro del mundo corporativo, más actividades externalizadas que hacen que el cuerpo de la empresa sea más pequeño", y por lo tanto, supuestamente más fácil a la hora de ser iguales. Pero ¿cómo decirle a un jefe que las decisiones tienen que ser comunes? "Siempre habrá jerarquía, pero no para todo. El presidente tendría que cambiar y tender hacia una toma de decisión cada vez más compartida.

Las normas de gobierno corporativo deberán evolucionar también hacia normas comunes más flexibles. La discusión en buen gobierno se centra en los detalles, y no en discutir que haya diferentes expertises al mismo nivel, cuando se ve que funciona mejor".

Pero una mente común no es aplicable a todos los procesos. Aunque, "si estás en crisis y tienes que cambiar, se debe valorar esta tendencia", apunta De Anca. Ahora bien, "tiene que salir solo. No se puede forzar. Y hay que hacerlo en la concepción de la empresa, no después. Si te abres luego, metes un florero porque no ha surgido de forma natural".

Por todo ello, en las nuevas empresas que surjan ahora "ni todos serán españoles ni todos hombres". Según De Anca, "la empresa española tradicional, el modelo que siguen las compañías del Ibex, permanecerá, pero será más pequeño. El modelo de gran empresa como se conoce en España existirá para un mercado específico. Pero son la vieja empresa. No son la nueva. Podrán adaptarse a un mercado más cómodo en el que convivan con las nuevas, superpuestas, pero estas últimas serán la mayoría".

Fuente:expansion