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Los mejores hábitos de grandes líderes

Los hábitos de los líderes más influyentes en el mundo. Foto:ilumina.fm

Cómo es el día a día de las personas que cambian el mundo? Todos deberíamos intentar tener un hábito para conseguir ser mejores, pero es cierto que el ritmo frenético de nuestro día a día a veces nos los impide.

¿Cómo podemos solucionarlo? Si no tienes ninguna idea, nuestros amigos de Forbes nos cuentan cuáles son los hábitos de los líderes más influyentes del planeta. Estos han sido los más inspiradores.

Benjamin Franklin, fundador de Estados Unidos

Cuando Franklin tenía 16 años decidió volverse vegetariano para poder comprarse libros con el dinero que se ahorraba al no comprar carne, un alimento carisimo y sólo accesible a las clases sociales más pudientes. Fue un personaje adelantado a su tiempo, cultivado intelectualmente hasta límites insospechados, y que se entregó a su país. Por eso no es de extrañar que su rutina diaria se extendiera desde las cinco hasta las siete de la mañana; una franja horaria en la que Franklin se preguntaba a si mismo “¿Qué bien haré hoy para mejorar quien soy?”

Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido

Además de ser el primer jefe de gobierno británico del siglo XX que logró vencer en tres elecciones consecutivas, fue la primera mujer europea que desempeñó el cargo de primer ministro. Su firmeza para dirigir los asuntos de Estado, su estricto dominio sobre los ministros de su gabinete y su fuerte política monetarista le valieron el sobrenombre de la Dama de Hierro. Conocida por dormir pocas horas, la Dama de Hierro se levantaba todas las mañanas para escuchar un popular programa de radio de la BBC: “Farming Today”.

Bill Gates, cofundador de Microsoft

Gates les dijo a sus profesores de universidad, que iba a ser millonario a los 30 años. Se convirtió en billonario a los 31 años. Así que, teniendo en cuenta lo que ha conseguido, deberíamos aprender más de sus hábitos y costumbres. El magnate de Microsoft Bill Gates, afirmó a The Seattle Times que, independientemente de la hora a la que llegue a su casa después de una jornada de trabajo, siempre lee durante al menos una hora porque así consigue conciliar el sueño.

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