Felicidad, liderazgo e inteligencia emocional
- Escrito por Management Journal
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Felicidad, ¿hay algo menos deseado?. Y a la vez, tal vez, aun mas abstracto, menos concreto, y hasta hace poco, paradójicamente menos investigado. Incluso en el campo de la educación aún no es, ni de lejos, materia/asignatura obligatoria.
Un concepto importante alrededor del constructo de la felicidad o bienestar subjetivo, es el llamado adaptación hedónica (Brickman y Campbell). Viene a decir que nosotros, los seres humanos, adaptamos nuestro nivel de felicidad o bienestar, a niveles parecidos a los mantenidos, antes de un evento que produce un incremento circunstancial de ésta.
Ésta teoría ha venido a demostrar también, algo que se sospechaba, que nuestra adaptación es mas rápida, respecto a circunstancias externas, que frente a acciones de cambio sostenidas (Lyubomirsky), con lo que ya tenemos un consejo para tratar de sostener en cierta manera, nuestro bienestar subjetivo, enfocarnos en cambiar nuestras acciones y pensamientos,mas que nuestras circunstancias.
En cierta manera, ello exige un buen nivel de reflexión interior, auto-conocimiento, regulación emocional , adaptación social y -en definitiva- inteligencia emocional. Con lo que la conexión entre felicidad e inteligencia emocional, parece ya también evidente. Algunos estudios al respecto han dado correlaciones con medidas de bienestar subjetivo y de inteligencia emocional.
Deberíamos, en la sociedades modernas, tener más en cuenta que alrededor del 40%, del bienestar subjetivo lo podemos determinar a través de acciones propias (Lyubomirsky). Es un porcentaje considerable, y nada despreciable sobre el que trabajar y actuar. Uno de los descubrimientos de la psicología actual, ha sido también desmitificar la relación trabajo-disfrute, y se ha descubierto que en el entorno laboral se producen muchos de los estados de flujo, que aportan experiencias subjetivas positivas, en nuestro quehacer diario (Csikszentmihalyi).
Aquí vemos también la relación entre trabajo y felicidad. Indudablemente, el liderazgo de una organización puede determinar e influir en esta experiencia óptima subjetiva, en el entorno laboral. Y aquí podemos relacionar todo ello, también, con la inteligencia emocional, de trabajadores y líderes inmersos en este microentorno laboral. El trabajo debería enfocarse a producir felicidad socio-emocional para sus integrantes y responsables, algo tan simple y poderoso, pero que aún es tampoco práctica habitual.
Estudios de Richard Boyatzi, han demostrado también la relación entre aumentos de ingresos producidos y el grado de perfeccionamiento de competencias emocionales, entre líderes de una organización.
Según el modelo de liderazgo propuesto también por el mismo autor, el liderazgo efectivo tiene que enfocarse en la creación y mantenimiento de emociones positivas como método para promover y sostener relaciones laborales efectivas, que a la postre, devienen en productivas y satisfactorias para todas las partes integrantes. |
Y es que en líneas generales podríamos resumir que frente a cualquier opción personal, laboral, vital, etc., tenemos dos opciones de respuesta o comportamiento: la de acercamiento, recurriendo al cluster de atracción de las emociones positivas, o la de distanciamiento, haciendo uso del cluster de atracción de las emociones negativas. En cada decisión que tomamos podemos decidir crear valor personal para nosotros y nuestro entorno, por ejemplo actuando de manera altruista, asertiva , empática, positiva, reflexiva, en modo aprendizaje; o desaprovechar la oportunidad de conectarnos mejor con nuestro interior, entorno, y mundo, en el master de la vida.
Fuente: PuroMarketing.com