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¿Cómo evitar involucrarse en chismes de oficina?

Este tipo de enredos en los lugares de trabajo pueden convertirse en tipos de agresión y está comprobado que afectan el clima laboral. Foto:lavoztx.com

Un gran número de los empleados en Latinoamérica considera que los chismes son un arma que genera violencia laboral, impide u obstaculiza la productividad de las empresas.

Así detalla un estudio de la firma internacional keyworks.com.mx, que revela que siete de cada diez trabajadores aseguran que las habladurías son una forma de agresión entre compañeros, colaboradores y jefes que, en casos extremos, provocan despidos.

A través del documento titulado “Oye, ¿qué crees? Comunicación informal en la oficina”, la empresa explica que el desempeño laboral de otras personas, los errores en el trabajo, los romances y las infidelidades son los temas más comunes de los chismes.

La encuesta revela que “cinco de cada diez personas tratan de no involucrarse en los temas, que se propagan en los pasillos de las oficinas”, lo que significa que hasta 50% de los empleados es partícipe, propagador, espectador u oyente de rumores, críticas o temas personales que llegan a demostrarles a sus compañeros.

La consultoría Crecimiento Sustentable alertó que basta con que 20% de la plantilla de una compañía se involucre en las habladurías para que el 80% de los empleados sean perjudicados o contribuyan a generar más problemas. (Lea también:Las empresas, sin estrategias contra el rumor)

“Se trata de un fenómeno que reduce la productividad de hasta ocho de cada diez personas”, indica el estudio, y se añade que “provoca la aparición de enfermedades gastrointestinales, tristeza, desaliento y negativa a trabajar en equipo, síntomas que pueden llevar al despido de las víctimas e involucrados”.

A través del análisis “Emociones y trabajo”, dicha firma indica que el fenómeno es una de las principales causas de desmotivación laboral, incluso por arriba de los bajos salarios y falta de reconocimiento hacia los colaboradores.

Los chismes y rumores se desatan cuando las empresas no tienen bien definidos sus objetivos, sistemas de producción, métodos de comunicación y empleo del tiempo libre. Es un fenómeno considerado normal por muchas organizaciones, pero cuando se sale de control se convierte en conflictos personales y profesionales que merman la productividad”, refiere.

Fuente:Publinews

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