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¡Evitemos perder nuestra reputación online!

reputación-onlineHe de admitirlo, no quise admitir la nueva realidad y los nuevos paradigmas a los que ahora son sometidas empresas y marcas. Hice caso omiso a quienes me sugirieron un cambio de mentalidad y a quienes me aconsejaron prestar con toda atención los cambios en los hábitos y comportamientos de mis propios clientes.

Mi negocio ha fracasado, y mi empresa y mi marca, han visto su reputación machacada. Por los suelos. Mi negocio perdió toda credibilidad y con ello la confianza de mis propios clientes. He perdido la oportunidad de solventar cada problema, cada conflicto, por que no supe reaccionar ni tampoco actuar en consecuencia.

Siempre pensé que mi negocio tradicional era inmune a la influencia de los medios y redes sociales. Continué sumergido en mi ignorancia al pensar que mi propia empresa seguiría floreciente como en antaño. Con las puertas siempre abiertas y pensando equivocadamente que aunque un cliente marchara insatisfecho otro nuevo llegaría.

Nunca quise darle la importancia que otros le daban a la presencia en las redes sociales, a las opiniones, a las conversaciones, a los comentarios. Siempre pensé que sólo eran modas. Que simplemente se trataba de una burbuja tecnológica que terminaría pinchando y que mi empresa seguiría ahí, como siempre.

Pensé que los más críticos no llegarían a ser suficientemente influyentes o que su opinión más crítica nunca sería tan importante como para afectar en las decisiones de otros clientes. Llegué a pensar que sería mejor sólo centrarme en mi negocio e ignorar aquellos rumores que recorrían las redes sociales, creyendo que aquellos que comentaban y mostraban su malestar por una mala experiencia poco a poco dejarían de manifestar su enfado.

Siempre pensé que aquella página web, aunque obsoleta seguiría siendo suficiente para que otros supieran más de mi negocio, sin nunca pensar ni preocuparme si era accesible o si su diseño anticuado trasmitiría una mala percepción e imagen de mi propia empresa.

Ahora mi negocio es como aquel desterrado al que señalan con el dedo. Al que acusan y entre murmullos todos ponen en evidencia. Del que nadie confía aunque jure y prometa que las cosas serán distintas y diferentes. He tirado al traste la reputación de mi propia empresa por confiarme quizás demasiado y por no actuar en consecuencia. Y he de admitirlo, todo ha sido "por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa".

Firma: Un empresario que perdió la reputación de su negocio por ignorar y subestimar esta nueva realidad

Fuente: PuroMarketing.com

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