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Claves para un emprendedor:audacia y pensar en grande

audacia, plan de negocios y pensar en grandeEntre los múltiples factores que hacen al éxito de un emprendedor, hay tres que son fundamentales: tener un plan de negocios, audacia para acelerar a fondo en los momentos más difíciles y capacidad para pensar en grande, incluso cuando se están haciendo cosas chicas.

El plan de negocios es, o debería ser, el abc de cualquier emprendedor. Resulta fundamental como guía, como referencia y, en ese sentido, hay que darle la importancia adecuada. Ni apegarse a él ciegamente ni tirarlo a la basura en caso de que no se cumpla al pie de la letra lo que allí dice.

Como guía, el plan de negocios nos dice, entre otras cosas, a donde podemos llegar e inclusive nos sirve para planificar qué puede ocurrir si no se dan las cosas como se planificaron. Si, por ejemplo, las ventas son menores o los costos mayores.

En ese sentido, puede ser de utilidad, a su vez, para ver allí cuáles pueden ser los planes b, y más allá de eso siempre es fundamental tenerlo cerca como referencia, como una columna que sustenta el proyecto y que permite ver qué estaba escrito versus qué está pasando.

Frente al precipicio, acelerar

Un emprendedor debería tener demasiada suerte como para no encontrarse con problemas, más o menos importantes, a lo largo de sus proyectos. Esto puede no ocurrir con las franquicias de modelos probados, pero sí en el resto de los casos.

En ese sentido, es posible que los emprendedores estén tentados muchas veces en dejar, separarse, cerrar el negocio que están comenzando.

Las variables que pueden incidir en eso son múltiples: vaivenes y cambios de mercado, problemas entre socios, falta de inversión, modificación de leyes, etc. En esos momentos, lo que se debe hacer es lo contrario de lo que dicta el ánimo. Ahí es donde los verdaderos emprendedores hacen diferencia.

Pero, en esos casos, las situaciones no se enderezan solas. Justamente allí es donde se debe pisar más fuerte el acelerador. Frente al precipicio se agudizan los sentidos. En esos momentos uno es más creativo, se encuentra más abierto a crear algo nuevo, algo excelente, un nuevo producto o modelo de negocios o incluso modificar la estructura de costos.

Pensar en grande

Además del plan de negocios y la audacia para acelerar en los momentos más complicados, resulta fundamental, en la mayor parte de los emprendimientos, el poder pensar en grande mientras se están haciendo cosas chicas.

Salvo que se cuente con una ronda de inversión inicial, en general cuando un emprendedor comienza el proyecto con sus fondos, debe realizar de manera inevitable una serie de tareas que podrían resultar, en otros casos, engorrosas.

Me refiero a ocuparse de la limpieza, de la venta directa, de la realización de trámites, colas en los bancos, etc. Cada una de esas actividades se torna más liviana si uno tiene claro hacia dónde va, que se trata de un escalón más en una escalera alta con un objetivo importante allí arriba.

Muchas veces, los jóvenes profesionales le escapan a estas tareas, amparados en el título que acaban de obtener. Pero en esos casos, lo importante es ver al título como una herramienta y no como una barrera que impide arremangarse y llevar a cabo algunos de esos trámites incómodos.

Lógicamente, si un emprendedor se pasa siete años vendiendo sándwiches atrás de un mostrador, algo está funcionando mal. Lo importante, en estos casos, es tener humildad para esas tareas, pero pensar en grande, tener claro que son en pos de otro objetivo.

Aunque las recetas cerradas nunca funcionan del todo, entiendo que con estos tres factores -un buen plan, audacia y la capacidad de pensar en grande- un emprendedor tiene muchas más probabilidades de que su proyecto funcione. Y si no es éste, será el siguiente.

Fuente:soyentrepreneur.com

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